Juanma Trueba 31/10/09/ AS.com
Marcelo jugará de centrocampista por la banda izquierda-->
Pocas afrentas predisponen tanto al madridismo contra sus jugadores como verse derrotado por un equipo vecino y modesto, seguramente porque la vecindad amplía el conocimiento del rival y limita a cero las excusas. Sucedió el martes en Alcorcón, pero ocurrió mucho antes contra el Getafe y años atrás en Toledo.
Y no es arrogancia, conviene dejarlo claro: es que permanece en el madridismo un sentimiento de estricta moralidad que entiende que el equipo debe dar ejemplo, especialmente contra los rivales cercanos y de menos recursos. Algo así como la conciencia de la fortuna que se le exige al estudiante rico frente al becado.
De ahí que la visita del Getafe resulte tan moral y mortalmente atractiva. Con la herida de Alcorcón abierta, el madridismo no aceptará otra cosa que una victoria y quizá no baste cualquiera. La susceptibilidad de la grada será mayor si pensamos que al Getafe lo entrena Míchel, gloria del Madrid y rebelde con o sin causa. Caer contra él y frente a su equipo plagado de canteranos se entenderá como una señal casi divina que indicará un pecado de soberbia y propondrá un regreso a los orígenes. También contra eso lucha Pellegrini, contra el afecto que despierta su adversario, contra su aroma de cantera incomprendida.
Marcelo jugará de centrocampista por la banda izquierda-->
Pocas afrentas predisponen tanto al madridismo contra sus jugadores como verse derrotado por un equipo vecino y modesto, seguramente porque la vecindad amplía el conocimiento del rival y limita a cero las excusas. Sucedió el martes en Alcorcón, pero ocurrió mucho antes contra el Getafe y años atrás en Toledo.
Y no es arrogancia, conviene dejarlo claro: es que permanece en el madridismo un sentimiento de estricta moralidad que entiende que el equipo debe dar ejemplo, especialmente contra los rivales cercanos y de menos recursos. Algo así como la conciencia de la fortuna que se le exige al estudiante rico frente al becado.
De ahí que la visita del Getafe resulte tan moral y mortalmente atractiva. Con la herida de Alcorcón abierta, el madridismo no aceptará otra cosa que una victoria y quizá no baste cualquiera. La susceptibilidad de la grada será mayor si pensamos que al Getafe lo entrena Míchel, gloria del Madrid y rebelde con o sin causa. Caer contra él y frente a su equipo plagado de canteranos se entenderá como una señal casi divina que indicará un pecado de soberbia y propondrá un regreso a los orígenes. También contra eso lucha Pellegrini, contra el afecto que despierta su adversario, contra su aroma de cantera incomprendida.
Y todo esto por no hablar del frenesí que provocó la última visita del Getafe: Pepe pateando a Casquero, Panenka deshonrado, Marcelo y Cata buscándose las cosquillas y triunfo madridista en el último suspiro, gol de Higuaín (3-2).
Consciente de lo que se juega, Pellegrini ha descartado a Guti y se prevé que incorporará a ocho futbolistas en relación a los que jugaron de inicio en Alcorcón: Casillas, Ramos, Pepe, Marcelo, Xabi, Lass, Higuaín y Kaká. La principal novedad es filosófica. Marcelo jugará de centrocampista por la izquierda, puesto que le inventó Juande (con éxito) y que deja el dibujo en un 4-2-3-1, con el brasileño por la banda siniestra e Higuaín por la diestra. Todo lo parecido que cabe a un equipo con bandas.
Así las cosas, en la delantera sólo entra uno (Benzema o Van Nistelrooy). Raúl descansará. Que nadie olvide que el Milán espera el martes y en esa guerra tampoco se admiten fallos. El Getafe, por su parte, contará con cuatro ex madridistas en el once (Torres, Adrián, Parejo y Soldado). Es un equipo de vocación ofensiva que pierde gas lejos de su estadio.
Seamos sinceros. Aunque el pueblo reparte culpas entre directivos y jugadores, sería raro que el entrenador sobreviviera a dos derrotas contra equipos vecinos y modestos. De manera que en este partido que hace días se pudo imaginar como otro cualquiera hoy, jornada novena, se pone a prueba un proyecto, el gigantesco proyecto del Madrid.
Consciente de lo que se juega, Pellegrini ha descartado a Guti y se prevé que incorporará a ocho futbolistas en relación a los que jugaron de inicio en Alcorcón: Casillas, Ramos, Pepe, Marcelo, Xabi, Lass, Higuaín y Kaká. La principal novedad es filosófica. Marcelo jugará de centrocampista por la izquierda, puesto que le inventó Juande (con éxito) y que deja el dibujo en un 4-2-3-1, con el brasileño por la banda siniestra e Higuaín por la diestra. Todo lo parecido que cabe a un equipo con bandas.
Así las cosas, en la delantera sólo entra uno (Benzema o Van Nistelrooy). Raúl descansará. Que nadie olvide que el Milán espera el martes y en esa guerra tampoco se admiten fallos. El Getafe, por su parte, contará con cuatro ex madridistas en el once (Torres, Adrián, Parejo y Soldado). Es un equipo de vocación ofensiva que pierde gas lejos de su estadio.
Seamos sinceros. Aunque el pueblo reparte culpas entre directivos y jugadores, sería raro que el entrenador sobreviviera a dos derrotas contra equipos vecinos y modestos. De manera que en este partido que hace días se pudo imaginar como otro cualquiera hoy, jornada novena, se pone a prueba un proyecto, el gigantesco proyecto del Madrid.
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